En años pasados, se popularizó un comercial televisivo que comparaba la duración de una botella de aceite con la espera de un padre para entregar las llaves del auto a su hijo. El mensaje era claro: la espera podía ser larga e incierta. Ahora, haciendo eco de esa analogía, la comunidad futbolística de Cutervo enfrenta una espera similar, deseando la certificación FIFA para su estadio, sin vislumbrar aún su realización.
Dejando de lado las comparaciones humorísticas, la situación actual es seria y ha puesto en duda el compromiso de las autoridades municipales con su gente. Las promesas incumplidas de mejorar el estadio han dejado desilusionados a los aficionados, cuya esperanza mengua mientras la espera se vuelve cada vez más desesperante.
La pasión deportiva de una comunidad merece respeto y apoyo. Cuando las autoridades prometen proyectos que alimenten esta pasión, asumen una responsabilidad crucial. Sin embargo, cuando esas promesas se quedan en el aire, se crea un sentimiento de decepción y desconfianza que afecta profundamente a la credibilidad de las autoridades y la cohesión social.
Es imperativo que las autoridades reflexionen sobre la importancia de cumplir con sus compromisos y responsabilidades. El pueblo espera que se actúe con transparencia, honestidad y dedicación hacia el bienestar común. Solo así se podrá reconstruir la confianza y avanzar hacia un futuro más justo y solidario para todos los ciudadanos de Cutervo.