En una contundente declaración, el papa Francisco reiteró su firme oposición a la legalización del consumo de drogas, denunciando a los «traficantes de muerte» y subrayando el impacto negativo del tráfico de estupefacientes en el medio ambiente.

«No se resolverá el problema de la drogadicción legalizando el consumo de drogas, como se ha propuesto o implementado en varios países. Esta es una ilusión», expresó el sumo pontífice durante su audiencia general semanal en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

El Papa señaló que diversos países, incluidos Canadá, Uruguay, Malta y más recientemente Alemania, han legalizado el cannabis para uso recreativo. Afirmó que es un deber moral poner fin a la producción y al tráfico de estas sustancias peligrosas, enfatizando esta declaración con motivo del Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Drogas, instituido por la ONU.

Calificando a los traficantes como «asesinos» movidos por «la lógica del poder y del dinero», Francisco también condenó el «impacto destructivo» del tráfico de drogas en el medio ambiente, particularmente en la región amazónica. Frente a este «flagelo» que «genera sufrimiento y muerte», el Papa hizo un llamado a la compasión hacia las personas adictas, instando a la acción, a detenerse ante las situaciones de vulnerabilidad y dolor, y a escuchar el clamor de la soledad y la angustia.

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