Más de 40 organizaciones a nivel mundial están impulsando el consumo de frijoles como una alternativa saludable y económica para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura y mejorar el sistema alimentario global. El exministro de la Producción, Alfonso Velásquez Tuesta, destacó que los frijoles tienen una huella de carbono menor en comparación con la carne y los productos lácteos, ya que su producción requiere menos agua y energía.
Velásquez Tuesta explicó que los frijoles tienen la capacidad de fijar nitrógeno del aire, lo que enriquece la fertilidad del suelo y disminuye la necesidad de fertilizantes químicos. Además, subrayó que son una opción agrícola viable en tiempos de cambio climático debido a su resistencia a la sequía y a las fluctuaciones de temperatura. Integrar frijoles en los sistemas de rotación de cultivos también puede prevenir enfermedades del suelo y mejorar su salud general.
El exfuncionario resaltó que los frijoles no solo son sostenibles, sino también una fuente crucial de proteínas y nutrientes, lo cual es vital para la seguridad alimentaria en áreas donde la carne es costosa o escasa. A un costo promedio de 1 dólar por 500 gramos, los frijoles son asequibles y versátiles, aptos para diversos platos culinarios. Velásquez mencionó un estudio reciente que comparó las proteínas de la leche de vaca con las proteínas vegetales de las habas, subrayando la eficiencia y resistencia de los frijoles en condiciones adversas.
Además, Velásquez Tuesta señaló que el fenómeno El Niño ofrece oportunidades para los agricultores peruanos, especialmente en las áreas afectadas. Propuso el cultivo de frijoles de corta temporada, como el frijol zarandaja y el frijol castilla, en el desierto de Sechura, donde se podrían sembrar hasta 2,000 hectáreas adaptadas al clima lluvioso. Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo global respaldado por Google, el Bezos Earth Fund y otras 40 organizaciones, que buscan duplicar el consumo de frijoles y legumbres para el año 2028.