En el sector agrícola, la inversión en huertos y cultivos permanentes se compara con sembrar las semillas del éxito a largo plazo. La planificación adecuada que considere el tipo de cultivo, el clima, el terreno, las fuentes de agua y los datos del suelo es esencial para lograr una rentabilidad óptima. No obstante, uno de los errores más comunes en la agricultura es el uso excesivo de agua durante las temporadas de cultivo, lo cual impacta negativamente tanto en las cosechas como en la rentabilidad del proyecto.

«Cuando el suelo se sobresatura de agua, desplaza el aire que contiene nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas», afirma German González, Director General Regional de Rivulis para Sudamérica Oeste y Centroamérica.

González también advierte que una de las principales consecuencias del exceso de agua es la proliferación de enfermedades y plagas, las cuales no solo dañan las plantas, sino que también afectan la producción agrícola y, en consecuencia, a los agricultores. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las plagas pueden ocasionar pérdidas de hasta un 40% en la producción agrícola, destacando la importancia de una estrategia adecuada para el uso del agua.

Para mejorar el uso del agua en la agricultura, es esencial contar con un sistema de riego confiable. Este sistema debe incluir la preparación de los campos, el diseño del sistema y la construcción de un drenaje adecuado. Un sistema de riego efectivo abarca desde el control de la fuente de agua hasta la fertirrigación, la red de tuberías y los goteros para cada planta. Los agricultores que gestionan eficientemente estos sistemas observan un impacto significativo en sus ganancias.

Una vez que los árboles están plantados, algunos factores, como el clima y la genética del árbol, están fuera del control del agricultor. Sin embargo, otros aspectos, como la poda y la fertirrigación, pueden gestionarse para mejorar los rendimientos. «El monitoreo continuo de la uniformidad de los goteros y su reemplazo cuando sea necesario es crucial. Cada árbol es una unidad de producción, y un gotero confiable es esencial para el suministro de agua y nutrientes», señala González.

Mantener un flujo de agua uniforme es vital para el éxito del cultivo. Existen tres métodos principales para evaluar la uniformidad de la línea de goteo: monitoreo del caudal, medición de la presión e inspección visual. Estos métodos permiten detectar fugas, obstrucciones o daños en la línea de goteo y asegurar que el agua se distribuya uniformemente, garantizando así el buen funcionamiento del sistema de riego.

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