Uno de los más grandes fallos informáticos de los últimos años causó el viernes perturbaciones significativas a nivel global, afectando a aerolíneas, compañías ferroviarias, bancos y empresas de telecomunicaciones. El problema, aparentemente originado por una actualización de un programa antivirus, también impactó las «operaciones informáticas» de los Juegos Olímpicos de París, según informó el comité organizador a una semana de la ceremonia de apertura.
Microsoft comunicó que los inconvenientes comenzaron el jueves a las 19:00 horas y afectaron a usuarios de Azure, su plataforma en la nube, que utilizan el software de ciberseguridad CrowdStrike Falcon. George Kurtz, director general de CrowdStrike, explicó que los clientes se vieron afectados por «un defecto en una actualización de contenido de los usuarios de Windows». Afortunadamente, el problema fue identificado y corregido, aunque las acciones de la empresa cayeron un 20% en las operaciones previas a la comercialización.
El fallo provocó caos en varios aeropuertos internacionales, con sistemas de facturación averiados y largas filas de pasajeros. En el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo, multitudes de viajeros esperaban instrucciones, y situaciones similares se vivieron en el aeropuerto de Sídney y otros aeropuertos importantes como Ámsterdam-Schiphol y Hong Kong. Las aerolíneas estadounidenses Delta, United y American Airlines suspendieron sus vuelos temporalmente, aunque American Airlines reanudó sus operaciones a las 09:00 GMT.
Además del sector aéreo, el fallo afectó hospitales neerlandeses, la Bolsa de Londres, el principal operador ferroviario británico, y diversas empresas de medios. Sky News y la cadena nacional australiana ABC experimentaron interrupciones en sus emisiones. En Nueva Zelanda, se reportaron problemas en bancos y sistemas informáticos del Parlamento. Este incidente subraya la dependencia global de un único proveedor de servicios y la necesidad de diseñar infraestructuras más resistentes a este tipo de fallos.
