El Santuario de la Pampa de Ayacucho, el histórico escenario de la batalla que selló la independencia del Perú y Sudamérica hispánica el 9 de diciembre de 1824, se llenó de fervor patriótico el 28 de julio, Día de la Patria. Miles de visitantes acudieron a este emblemático lugar para revivir la importante gesta histórica.
Desde temprano, una multitud de turistas llegó desde Huamanga, la capital de Ayacucho, al distrito de Quinua en diversos vehículos, incluyendo autos particulares y colectivos turísticos. La afluencia fue notable durante el feriado largo de cuatro días, aunque algunos señalaron que las malas condiciones de las carreteras podrían haber reducido el número de visitantes.
La entrada gratuita al Santuario, facilitada por el Ministerio de Cultura para fomentar el turismo, fue una grata sorpresa para muchas familias. Los visitantes, emocionados por el acceso sin costo, aprovecharon para alquilar caballos que facilitaban la subida hasta la entrada del santuario, mientras que puestos de artesanías y comida tradicional ofrecían una variedad de productos típicos y recuerdos.
El Santuario está dominado por un imponente obelisco de 44 metros de altura, que incluye un museo en su base y está rodeado de esculturas de figuras heroicas como Antonio José de Sucre y Simón Bolívar. Este monumento se convirtió en el punto focal para fotos y recuerdos, con fotógrafos locales ofreciendo retratos impresos al instante.
Entre los visitantes, se escucharon testimonios de emoción y admiración por conocer un lugar tan significativo en la historia del Perú. La batalla del 9 de diciembre de 1824, que enfrentó a más de 9,000 realistas contra 5,700 patriotas, culminó con una victoria decisiva para las tropas comandadas por el general Antonio José de Sucre. Esta victoria selló la independencia de Sudamérica y fue un hito en la historia de la región.