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Por: Amilkar Cabrera Ramos
La provincia fronteriza de San Ignacio, en Cajamarca, no solo es una de las regiones mรกs biodiversas del Perรบ, sino tambiรฉn hogar de comunidades nativas Awajรบn, cuya existencia estรก siendo amenazada por la contaminaciรณn proveniente de la explotaciรณn minera. El rรญo Chinchipe, que nace entre San Ignacio y San Josรฉ de Lourdes, y desemboca en el pongo de Rentema en Jaรฉn, ha sido testigo del deterioro de su ecosistema. La minerรญa, que se extiende a lo largo de este cuerpo de agua, estรก devastando el entorno natural, tanto en Perรบ como en Ecuador.
El rรญo Canchis, que separa a ambos paรญses, es una de las fuentes ricas en oro y otros minerales valiosos. La explotaciรณn en esta zona comenzรณ hacia 1985 de manera artesanal, utilizando dragas que, aunque contaminaban, lo hacรญan de forma mรกs controlada. Sin embargo, el verdadero cambio ocurriรณ en 2001, cuando en el lado ecuatoriano se abrieron trochas carrozables, facilitando el acceso de maquinaria pesada y ampliando considerablemente la escala de extracciรณn, y con ello, la contaminaciรณn. Desde entonces, las quejas han aumentado, denunciando la presencia de maquinaria pesada que degrada el rรญo.
En el Perรบ, el impacto ambiental de la minerรญa es un tema recurrente y preocupante. Segรบn el Ministerio del Ambiente (MINAM), alrededor del 30% de los rรญos amazรณnicos del Perรบ estรกn contaminados debido a la minerรญa ilegal. Esto no solo afecta a la biodiversidad, sino tambiรฉn a las comunidades que dependen del agua para su subsistencia. En el caso especรญfico del rรญo Chinchipe, las autoridades locales han intentado poner freno a esta problemรกtica.
En marzo de 2019, el entonces alcalde Ronald Garcรญa Bure liderรณ un operativo junto con la fiscalรญa y los regidores de la provincia para detener las actividades ilegales. Sin embargo, estos esfuerzos han sido insuficientes.
En 2018, se realizaron reuniones binacionales en Yantzaza, Ecuador, con la participaciรณn de organismos como la Autoridad Nacional del Agua (ANA) de Perรบ y MAE y SENAGUA de Ecuador, con el objetivo de establecer un monitoreo continuo de los cuerpos hรญdricos. Sin embargo, estas iniciativas fueron interrumpidas por la pandemia del COVID-19, dejando el problema en una situaciรณn crรญtica.
La minerรญa en la cuenca del rรญo Chinchipe es llevada a cabo tanto por maquinaria pesada como por mรฉtodos artesanales, empleando quรญmicos altamente contaminantes como el mercurio y el cianuro, que envenenan las aguas.
La alcaldesa del Centro Poblado 7 de Agosto, Doris Delgado Requejo, ha seรฑalado que los operativos inopinados han logrado frenar la explotaciรณn en ciertas รกreas, pero en otras, como San Francisco, Nazareth de la Cumbre y Lucero del Oriente, la minerรญa ilegal persiste sin control. Las actividades mineras ilegales se han extendido ahora al lado peruano, con la complicidad de algunos locales que colaboran con mineros ecuatorianos, afectando directamente la salud de las comunidades y del rรญo.
El impacto binacional de esta explotaciรณn desmedida es innegable. Tanto Perรบ como Ecuador sufren las consecuencias de la contaminaciรณn del rรญo Chinchipe, que ya no es el rรญo cristalino y lleno de vida de antaรฑo.
A nivel nacional, el Perรบ enfrenta una crisis de salud pรบblica en las comunidades cercanas al rรญo, donde el agua ya no es apta para el consumo humano ni para la agricultura. En Ecuador, la situaciรณn no es diferente, con comunidades que dependen del rรญo para su supervivencia viendo sus medios de vida gravemente comprometidos.
El 9 de octubre de 2023, se celebrรณ una reuniรณn clave en el Centro Poblado 7 de Agosto con la participaciรณn de ronderos de los siete distritos de la provincia, dirigentes ronderos de Cajamarca, el alcalde de San Josรฉ de Lourdes y residentes locales. La principal preocupaciรณn discutida fue la invasiรณn del territorio peruano por mineros ecuatorianos, quienes, en complicidad con algunos peruanos, cercan terrenos y amenazan a la poblaciรณn local para continuar con la extracciรณn ilegal de minerales.
A pesar de los operativos y las reuniones, la situaciรณn parece estar lejos de resolverse. Las aguas del rรญo Chinchipe, antaรฑo cristalinas y azules, hoy lucen marrones y sin vida. La pregunta que surge es si las autoridades, tanto nacionales como regionales y locales, serรกn capaces de tomar medidas contundentes para detener esta catรกstrofe ambiental que afecta no solo la biodiversidad, sino tambiรฉn la salud y el bienestar de las comunidades que dependen del rรญo. ยฟPodrรกn algรบn dรญa recuperar la pureza de sus aguas? ยฟO seguirรกn enfrentando una muerte segura a manos de la minerรญa?