El aumento del caudal de los ríos ha generado mayor preocupación entre los habitantes de diversas zonas de Lambayeque por el riesgo de desbordes.

Según Cenepred, alrededor de 17,000 viviendas están en alto riesgo de inundaciones en la región.

«Debido a las intensas lluvias, muchas familias deben reasignar recursos para reforzar sus viviendas con materiales como cemento, calaminas y plásticos impermeables, además de adquirir equipos de drenaje. Estos gastos imprevistos representan una carga económica, especialmente para hogares vulnerables” indicó Carlos León, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).

Según el Censo 2017, el 42% de las viviendas lambayecanas tienen paredes de adobe o materiales similares, el 38% cuenta con pisos de tierra y el 8.5% utiliza techos de esteras, carrizo o triplay, materiales altamente vulnerables.

El economista resaltó que las familias en situación de vulnerabilidad económica son las más expuestas a los riesgos climáticos, lo que hace imprescindible el fortalecimiento de las políticas de prevención para mitigar posibles tragedias.

“Aunque la respuesta a emergencias es crucial, es esencial concentrarnos eficientemente en la prevención de desastres. Las precipitaciones e inundaciones en el norte del país son recurrentes; por ello, la ausencia de estrategias preventivas incrementan los costos de reconstrucción y agravan las brechas socioeconómicas” puntualizó el economista de REDES.

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